domingo, 3 de enero de 2010

ralentí


Vas despacio. Muy despacio. Te dejo atrás. Me apetece correr. Corro. Me giro.
Y desde lo lejos sonríes, alzas la mano para que me pare, yo suelto una sonora carcajada y tú haces el amago de venir hacia mí, pero te paras. Estoy demasiado lejos. Me giro.
Quiero llegar al final de tan enorme calle, sorteo los adoquines rotos y me encojo de hombros al pasar junto a los niños que juegan al balón, la frente me arde del esfuerzo, llevo demasiado abrigo en un mes templado, en una ciudad cálida y en una relación fría.
Llego hasta la carretera. El semáforo en rojo. Paro. Me giro.
Y te busco, pero la calle se ve igual , no sé por qué no estás. Quito la sonrisa de mi cara, los dientes me incomodan y pillo el primer taxi.
No te preocupes, mañana vendré a buscarte y nos perderemos a distintos ritmos.